Consigue motivarte en 7 días para mejorar el resultado de tus ventas

Diez de la mañana.

Tras un desayuno que ha durado casi una hora.

Aparcas tu coche en un polígono y ves, a través de la ventana, pasar los coches, los camiones y las horas.

Y no haces nada. Tal vez una llamada o revisas el correo.

Te sientes desanimado, pero tan sólo le pides a tu cuerpo diez minutos, y diez minutos más…

No tienes ninguna gana de visitar a ese cliente, ni al otro, ni al otro, ni al de después.

Hay días que te has vuelto a casa porque no andabas bien de ánimo. Con algunas excusas que sólo tú te has creído, sencillamente, porque no tienes el valor de contárselas a nadie.

Estás desanimado o desanimada, y no tienes ni un mínimo de confianza de que te vayan a comprar, a escuchar, ni siquiera a recibir.

Estás desmotivado.

Por lo que tú mismo respondes a esas preguntas que nunca llegarás a formular a tu cliente:

No tiene dinero.

No le interesa.

Está contento con su proveedor habitual.

No te puede recibir en ese momento.

Eres caro.

Le han hablado mal de tu servicio.

Cuando trabajas para una empresa esto es una irresponsabilidad, pero cuando trabajas para tí es una estupidez, una insensatez y una pérdida de tiempo.

Si decides montar un negocio o ya tienes uno en funcionamiento, tu tiempo es el mayor activo con el que cuentas.

Es posible que no lo aproveches por algo a lo que llamamos procrastinar. Ese yo interior que te convence de que no es posible, de que lo dejes para mañana y que no te deja pensar en las consecuencias de tus actos, sino que te mantiene en esa zona de confort en la que tú mismo todo te lo disculpas.

Desaprovechar tu tiempo es tirar a la basura los sueños y las esperanzas de quien ha confiado en ti.

Esas personas que no entran en esa zona de confort en la que te encuentras cuando crees que no pasa nada por dejar las cosas para mañana.

Si a la hora de la verdad, cuando estás a punto de estar cara a cara con tu cliente, cuando casi tocas con los dedos la posibilidad de conocer a esa persona, que puede traer beneficio a tu negocio.

Si en ese momento caes y no centras el foco en comértelo con tu encanto, tu alegría y tu super oferta, serás una gacela comida por un león, el de la vida y el del tren de las oportunidades.

La motivación comercial es básica y necesaria en el proceso de venta.

Consigue motivarte, en 7 días, para mejorar el resultado de tus ventas.

Te propongo que salgas a la calle cada mañana y te comas la carretera, cada visita, cada p… llamada y que cuando salgas de la última visita comercial del día vuelvas a tu casa como una máquina de hacer dinero, sin remordimientos y con el pecho lleno de orgullo.

Te propongo consejos, ejercicios y una palmada en el culo para que no vuelvas a pasar, ni un segundo de tu jornada laboral, sentado en un coche o dando vueltas sin más aspiración en tu vida que pensar en que mañana será el día.

El día es hoy.

Si no lo aprovechas, otro robará tus  sueños, ese regalo que tantas ganas tienes de hacer, y lo que es peor, tu felicidad.

Así que no perdamos más tiempo y vamos a ello.

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Una cuestión de necesidades.


Motivación comercial. Necesidades

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¿Por qué trabajas? ¿Te lo has preguntado alguna vez?

¿Sales todas las mañanas de casa porque te gusta más  la carretera, el calor y los atascos que disfrutar en una soleada playa con un mojito y ese libro que te engancha al que no le dedicas más que quince minutos por la noche hasta que caes rendido?

Trabajas porque tienes facturas, muchas además. Porque tienes ese feo vicio de hacer cuatro o cinco comidas diarias. Porque los zapatos te avisan por las suelas de que ya es momento de ir renovándolos.

Sales a trabajar porque el fútbol cuesta dinero, el teatro cuesta dinero, las juergas cuestan dinero.

Cada vez que enciendes la lámpara del salón, el horno, la vitrocerámica, el aire acondicionado. Cada vez que tu dedo índice pulsa un botón tienes menos en tu cuenta bancaria.

Porque tienes necesidades. Sales a trabajar porque necesitas el dinero.

¿Sólo por eso?

¿O cuando estás en una reunión de amigos no te gusta sacar pecho de bien que te va en el trabajo?

¿O acaso no miras el coche que lleva el de al lado en el semáforo?

Hay muchos tipos de necesidades.

Las necesidades básicas te hacen levantarte y salir a la calle.

Las otras te proporcionan alegría, orgullo, reconocimiento, comodidad, expectativas.

A nadie le hace feliz pagar la factura de la luz, salvo cuando no lucha por otra cosa en la vida. Cuando se resigna, baja los brazos y piensa que uno trabaja para eso.

Deja de pensar que trabajas para pagar facturas.

 

Piensa en grande. Eso precisamente no cuesta dinero. Si sales a empatar, pierdes, nunca ganas.

Si piensas que trabajas para pagar facturas, tu mism@ te estarás marcando tu objetivo de venta inconscientemente. No habrá motivo, ni necesidad que te aflore las ganas de una última llamada, de una última visita.

Si has hecho pesas sabrás de lo que te hablo. Son las últimas repeticiones las que fuerzan tu músculo, las que te hacen crecer.

Si tienes hijos sabrás de lo que hablo. Son las últimas horas del sueño las que les hacen crecer.

De igual forma que debes crear necesidades a tu cliente, créatelas tú para vender, de lo contrario serás un despachador, un comercial de sueldo fijo que a tu propio negocio le saldrá muy caro y , a  la larga, serás la ruina de tu casa, de tu familia y de tu propia vida.

[ctt title=»Piensa en grande. No temas quedarte a mitad de camino.Cuando piensas en grande, la mitad del camino siempre es la abundancia» tweet=»Piensa en grande. No temas quedarte a mitad de http://ctt.ec/diebp+ piensas en grande, la mitad del camino siempre es la abundancia» coverup=»diebp»]

 

Madruga. Pilla desprevenida a la tristeza.


Motivación comercial. Madruga

Las cosas suceden por la mañana. Pronto.

A medida que pasa el día te despiertas en todos los sentidos y es posible que tus problemas domésticos tomen el control de tu cabeza.

Cuando esto ocurre ya no eres una máquina de vender, sino un saco de preocupaciones.

Madruga, aprovecha la mañana. A mediodía te sentirás muy bien cuando mires para atrás y veas la cantidad de cosas que has sido capaz de hacer.

Tendrás más tiempo libre por la tarde o, al menos,  acabarás la jornada más tranquilo.

Organizarte te va ayudar.

Utiliza una agenda, en cualquiera de sus formatos: papel, electrónica, una libreta en la que apuntar cosas que suceden, ideas que tienes, precios y ofertas que envías.

Planifica tu semana con objetivos. No hace falta que sean grandes. Lo importante es que sean alcanzables.

Para que el viernes tengas una nueva satisfacción de que las cosas que te marcas las haces. Eso te animará y te hará estar más motivado para la siguiente semana.

Como cuando sales a correr y comienzas la primera semana con 20 minutos. Que sí, que no es para presumir, Pero que cada semana vas escalando y aumentando tus tiempos, tus metas.

Se trata, en una primera fase, de darte cuenta de que las pequeñas metas se pueden conseguir y que con el tiempo, y aplicando más recursos y motivación, tus metas serán más grandes por lo que tus resultados también.

No te obsesiones desde un primer momento con el resultado de tus acciones sino con ser capaz de comprometerte contigo en realizarlas. En no dejar para mañana nada. Nada.

Pilla desprevenida a la tristeza y  haz lo que tengas que hacer. Márcate una disciplina y verás que te sentirás mejor a lo largo del día.

Si no te encuentras muy bien de ánimos, no hacer nada te hundirá más y cada vez más. Motivarte pasa si o si por la acción, por hacer cosas. No necesariamente nuevas. Pero hacerlas.

Las cosas cambian cuando haces cosas nuevas. No cuando sigues haciendo las mismas.

[ctt title=»Madruga, sé el primero en llamar a tu cliente. Entenderá que serás el primero en solucionar su problema el día que te compre.» tweet=»Madruga, sé el primero en llamar a tu cliente. Entenderá que serás el primero en solucionar su problema el día que te compre.» coverup=»wa9Up»]

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La Motivación Comercial como herramienta de venta.


¿De qué te sirve un buen catálogo, un buen producto o un buen servicio si te pones frente a tu cliente con cara de perdedor?

¿Piensa en una sola razón por la que tu cliente fuera a confiar más en palabras apagadas y ojos caídos que en un comercial con brillo en los ojos?

Tómate cada visita como un ejercicio, no como una venta. Al menos en un principio. hasta que levantes cabeza.

Respira antes de cada llamada, piensa en algo que te haga feliz, visualiza un deseo, una ilusión, algo que realmente te ponga.

Saca pecho antes de entrar al establecimiento de tu cliente, levanta la barbilla y presenta tu mejor sonrisa.

Cómete a tu cliente con los ojos. Que si no se enamora de tu propuesta, lo haga de tu puesta en escena.

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Tu principal arma no es el precio o un buen servicio. No pienses que tu envase convence o que la atención post venta es definitiva.

Tu principal arma de venta eres tú.

Y de igual forma que presentas tus productos limpios y en perfectas condiciones, tu cliente espera la visita o la llamada de un persona preparada.

No seas un muerto, no aburras. Llevas dentro la ilusión y las ganas.

Cuando desfallezcas recuerda de dónde vienes, por todo lo que has pasado. Los halagos que hayas podido recibir a lo largo de tu carrera.

Explota todo lo bueno y no pierdas el tiempo corrigiendo defectos.

Los clientes esperan personas, no máquinas con un guión delante.

Está demostrado que una actitud positiva y decidida condiciona a tu cliente a la escucha y al interés por lo que le dices.

No busques el Si, busca el No. Disfruta de la venta. Juega, da vueltas alrededor de la excelencia, porque la llevas dentro.

Tu no eres un fastasma que no sabe vender, los fantasmas están dentro de ti. Espántalos.

No procrastines más y abandona tu zona de confort o serás uno más.

Y en la venta, si eres uno más, eres malo.

Has elegido el trabajo más bonito del mundo, pero también el más dificil.

Conseguir el éxito, por tanto, te traerá disfrute y orgullo.

Nunca pierdas la sonrisa, es el mejor servicio que puedes ofrecer. Y por el que nunca te pagarán, peor por el que siempre te estarán agradecidos.

Y el agradecimiento trae algo que necesitamos los que nos dedicamos a la venta: la  fidelidad.

 

Si has visto la película El Lobo de Wall Street, recordarás esta escena.

No es necesario que sueñes con coches o chicas bonitas, con relojes de 40.000 o con patear el culo a los chulitos que rugen sus coches en los semáforos.

Pero si tienes una meta, un objetivo, o un sueño, hazlos tu motor, y que actitudes como ésta sean la gasolina.

 

https://youtu.be/Bv_Zid3XKn8

 

Los picos de la motivación comercial.


Los vendedores y los emprendedores que tiene que salir a vender sus productos, habrán reconocido en este subtítulo una realidad.

Que no todos los días son soleados, que no todos los días son oscuros.

Pero voy a ir más allá.

¿Has notado que en un mismo día tienes picos en los que estás entusiasmad@ y otros en los que crees que ves el vacío frente a ti?

No te imaginas el daño que te hacen estos picos.

Confiarte es engañarte. Te hace bajar la guardia, no darlo todo. Pensar que con lo mínimo lo vas a conseguir todo.

Hundirte, por el contrario, te hace sobre actuar, hablar como una cotorra a no escuchar, a pensar que si callas pierdes, cuando es al contrario, si rompes el silencio pierdes.

Porque si esperas un sí de tu cliente, debes dejar que lo pronuncie, y si hay tres objeciones entre medias, debes dejar que te las cuestione.

La capacidad de tolerar la frustación es tan importante como la de apaciguar esos falsos subidones que te inyectan dopamina desde la nariz hasta el coxis.

 

Está claro que después de 20 llamadas, si un solo cliente te da una cita te subirá la autoestima por las nubes.

Pero no es más que un placebo, porque tu pobre cerebro, harto de marcar números y sortear filtros y secretarias necesita algo a lo que aferrarse.

Tu cerebro reptiliano, que es un capullo y un cobarde, te engaña constantemente porque sólo piensa en la supervivencia y en la ausencia de dolor.

Y si tras esas 20 llamadas no hay ni dios que te coja el teléfono, te planteará excusas para que dejes de llamar y tu nivel de estrés disminuya.

Aprende a gestionar esos picos:

    ♦Descansa de vez en cuando.

    ♦Realiza otra actividad cada cierto tiempo.

    ♦No persigas un único objetivo con cada llamada o cada visita. Conversa, si no hay más remedio con tu cliente y es posible que consigas información interesante o, quien sabe, tu propósito inicial una vez que tu interlocutor se relaje.

    ♦Cuando consigas una venta piensa que estás en el camino correcto, que estás haciendo las cosas bien. Utiliza esa alegría para la siguiente visita, para la siguiente llamada. No te regocijes en el éxito. En ventas, puedes ser el mejor un mes, pero el día 1 del mes siguiente comienzas con un cero patatero.

    ♦Cuando no consigas resultados, piensa en todas las gestiones que has hecho, en las tarjetas que has dejado, en que , cada vez, te conocen más y mejor. En que ya eres una nueva opción en el mercado.

    ♦Si caes, con la misma fuerza del impulso con la que te  levantes lucha por la siguiente meta.

    ♦Si saltas, no caigas con los pies en el suelo, intenta volar hacia el siguiente objetivo.

Encuentra el equilibrio.

Hay días malos, días buenos, pero si eres regular en tus acciones, si tu actitud te acompaña y no pierdes el foco en lo que realmente interesa y te llena, sacarás el coraje, la sonrisa y serás un virús de optimismo para tu cliente.

He conocido profesionales que sólo me han comprado por tenerme ahí, porque los escuche, porque me ría con ellos y nos contemos cómo ha ido la semana.

Encuentra el equilibrio y aléjate de los picos. Los extremos son peligrosos.

 

Agenda de 7 días para que tu autoestima silencie esa voz que te impide sacar cabeza.


Motivación comercial. Organización

VIERNES

No salgas a trabajar.

Prepara unas cuantas visitas con clientes que ya te compran o con aquellos con los que tienes buena relación, para la semana siguiente.

Infórmate , desde casa, de qué empresas venden lo mismo que tú en tu zona.

Revisa tu correo. Contesta a esos emails que hace semanas que no prestas atención. Entra de nuevo en el mercado.

SÁBADO

Márcate tres objetivos alcanzables para la próxima semana.

DOMINGO

Descansa y disfruta de los tuyos.

Habla con alguien cercano de tus objetivos para la próxima semana.

LUNES

 ♦Visita, al menos, a dos clientes, que no hayas visitado nunca.

 ♦Visita a aquellos clientes con los que contactaste el viernes.

MARTES

  ♦Visita al menos, a dos clientes con los que contactaste el viernes.

  ♦Visita, al menos, a dos clientes que no hayas visitado nunca

MIERCOLES

   ♦Visita, al menos, a dos clientes que no hayas visitado nunca

   ♦Diseña por la tarde una encuesta a modo de estudio de mercado, para visitar unos clientes al día siguiente.

   Visita al menos, a dos clientes con los que contactaste el viernes.

JUEVES

  ♦Visita dos nuevos clientes con el único objetivo de conocerlos y hacerles una encuesta a modo de estudio de mercado

  ♦Visita, al menos, a dos clientes que no hayas visitado nunca.

  ♦Estudia, investiga y visualiza videos de motivación comercial, testimonios de éxito, etc.

  ♦Visita, al menos, a dos clientes que no hayas visitado nunca.

 

La semana siguiente deberás marcarte nuevos objetivos, renovar y repetir otros que hayas conseguido y que te acerquen a conocer a más clientes.

No te obsesiones con vender.

No abandones la senda de conocer a personas, de hablar de tu mercado, de conocer a tu competencia, de imitarlos e inspirarte en ellos

Para que te quieran, primero tienes que quererte a ti mismo primero.

 

¿Estás dispuesto?


Olvida tus problemas si no quieres tener más.

Piensa en algo que te levante el ánimo. En ese pilar importante en tu vida y por el que lo darías todo.

Porque ahora es el momento.

No puedes perder ni un día más.

Si continuas sentado en el banco de la estación, disfrutarás viendo pasar los trenes, es algo muy bonito.

Pero las personas que prosperan se suben a ellos. Disfrutan del viaje.

Si no disfrutas vendiendo es que te lo tomas demasiado en serio.

La mejores ventas tienen largo recorrido.

Sigue un Proceso de Venta

Ponte guapo o guapa antes de salir a la calle. Gústate.

Y cómete el mercado que es tuyo.

Cuando lleguen los resultados me lo cuentas.

 

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Y no hay nada que me motive más que tu reconocimiento.

Ánimo, gracias y suerte

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